martes, 12 de julio de 2011

Capitulo V [Impredecible♥]

Holaaaaa a todos((:
Si ya se, como tarde para subir el capitulo! D:
pero necesitaba inspiracion y nomas no me llegaba
Pero JA! al fin lo termineeeeeeeeee! *w*
  Les quiero compartir la imagen de este hombre que esta extremadamente buenisimo! >.<


jojojo sta bn bueno verdad? *-*!  jujuju yo se que sii lululu  ♥   




Bueno ahora si!  El siguiente capitulooo
Disfrutenlo!  :B
 





Capítulo V
-        ¿Se encuentra bien? No creo que despierte hasta dentro de unas horas debería ir a descansar- La enfermera le tocaba los hombros y movía sus ojos coquetamente para Damen.
-        No gracias, esperare a que este consiente. – Le dedicó una media sonrisa o torcida de boca.
-        De acuerdo, si necesitas algo llámame, soy Lizzie. – Señalando hacia su etiqueta en su ropa.
-        Gracias. – Miraba hacia Emily que estaba inconsciente y tranquila en la cama.
Tras un par de horas se quedó dormido sobre el sillón hasta que su celular sonó y desde la otra bocina su hermano sólo se limitó a preguntar si se encontraba a salvo o con alguna herida grave.
-        ¿Te encuentras bien, chango?
-        Sí, sólo un raspón en el hombro y algo de la espalda.
-        Bien, no llegues tan tarde y si llegases a venir a una hora decente me traes una hamburguesa y un helado.
-        ¡Ah,sí! Jefe como usted mande, aplástate a dormir y deja de molestar.
-        Sí, sí. Cuídate, chango
-        Sí, mandril.
Cerró el teléfono y Emily comenzó a moverse entre las sabanas pero ésta no despertó. Damen se acercó a ella para quitarle el mechón que le cubría parte de la cara, la cubrió bien con la sábana. Observó como respiraba lentamente y suspiraba de vez en cuando, recorrió cada parte de su cara desde el lunar pequeñito que nacía en su sien, la raíz castaña rojiza que comenzaba a salir de su cabellera, las pocas pecas y el color durazno de sus mejillas, sus labios rosa pastel eran tentación para Damen.Rozó su mejilla con la yema de sus dedos acariciando hasta su hombro, levantó su barbilla e inclinó el rostro.
Beso.
Sus labios, que ahora estaban fríos, cogieron la calidez de Damen, movió sus labios jugando con los de ella, saboreando el dulce sabor de Emily, respiraba el aroma de su piel tan cercana a la suya, acariciaba su mejilla y cuello con las yemas de sus dedos; la paz de unos labios dormidos y húmedos hizo que el deseo se apoderara de él, continuó el beso deseando hacerlo eterno, para cortar la inocencia indiscutible del beso. Mordisqueó gentilmente el labio superior dejándolo enrojecido y vivo, cálido y satisfecho.
El celular resonó en su bolsillo y contestó al instante.
-        ¿Diga?
-        Woods tienes q redactar tu informe sobre lo que pasó, para atrapar a los chicos tontos que provocaron el accidente.
-        De acuerdo Comandante.
Se dirigió hacia la puerta y antes de salir una voz hizo que girara y regresara.
-        ¿Policía?– Dijo entre sollozos y con los ojos entreabiertos.
-        Hasta que despiertas. ¿Recuerdas algo? ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Ingeriste alcohol?
¿Era plural o especialmente singular la pregunta? Pensó Emily para sus adentros.
-        Cállate ¿quieres?, acabo de despertar y me saltas con un montón de estúpidas preguntas.
-        Protocolo.
-        Pues vete al demonio con tu “Protocolo”
-        Estabas en la camioneta, dormida y… -  No termino la frase cuando Emily se estaba quitando el respirador nasal que le llenaba de oxígeno sus pulmones. - ¿Qué haces tonta? Tienes que guardar reposo.
-        Reposo, mi abuela. – Se acarició la herida en la sien, un mareo la hizo tambalearse y unos brazos la envolvieron ysostuvieron para evitar que cayera al suelo.
-        Te dije que te recostaras, ahora quédate aquí o te esposo a la cama.
-        Eres un idiota ¿Lo sabías?
-        Y tú una estúpida así que no te muevas iré a traerte agua.
-        ¡Tengo hambre! – Le gritó a Damen que estaba cerrando la puerta del cuarto.
Emily no tenía sed, sus labios estaban extrañamente húmedos y tersos, se pasó los dedos por la comisura de la boca y los alejó cuando en su mente comenzó a formar la palabra <<beso>> de aquel idiota policía que comenzaba a tomar lugar en su vida.
Tras esperar un rato, la enfermera entró con una bandeja de comida para Emily, la dejó en la mesa y regresó a sus ocupaciones.
La pequeña fierecilla estaba siendo custodiada por un policía que estaba fuera de la habitación cuidando que no escapara y principalmente que nadie saliera herida por ella, devoraba cada bocado que introducía a su cuerpo y hacía gestos repulsivos tras cada bocado.
Emily detestaba los hospitales desde la muerte de su madre, el olor a alcohol y las sábanas a enfermedad le traían los recuerdos más dolorosos de su vida. El asiento frente a ella le revivió la imagen de su padre sentado en aquel sillón esperando a que su madre se muriera para que pudiera irse con su otra familia, el drama que era su vida  y la tragedia de su pasado se congeniaban para hacer un carácter amargo en ella.
Las lágrimas brotaron y el sonido de la puerta al abrirse hizo que se limpiara la cara para que nadie viera su fortaleza caer.
-        Hija. – Su padre se acercaba a ella con paso airado con los brazos abiertos para recibir a su hija entre sus brazos, pero tres  pasos antes de llegar a ella:
-        No te atrevas ni por un momento a abrazarme y mucho menos besarme. Es repulsiva la hipocresía con la que me tratas. – Su padre se detuvo en seco. - ¿Qué haces aquí? Estoy viva ¿qué no vez?, no tienes por qué venir, no eres parte de mi vida.
-        Soy tu padre y tengo que ver si estás bien.
-        Lo estoy, ahora ¡Lárgate!
-        No Emily, no me iré, me quedaré a arreglar el embrollo en el que estás metida, porque sí sabes ¿verdad? que estabas dentro del auto que tuvo la culpa del accidente, donde pudiste haber muerto y en tus análisis sanguíneos había restos de alcohol y evitaré que vayas a la cárcel, definitivamente.
-        No te necesito, estaré bien.
-        No  lo estás, ¿acaso ya te viste?, estas hecha un desorden
-        ¡Eso a ti no te incumbe como maldita sea me encuentre!- Gritó de desesperación hasta que Damen entró.
-        ¿Por qué gritas como loca?
-        Sácalo de aquí. – Señalo con cara de desprecio a su padre.
-        Soy su abogado, Patrick Love. – Le tendió la mano a modo de saludo que Damen acepto educadamente.
-        Damen Woods, encantado… ¿Love? - Con la pregunta en su rostro. – Si no me equivoco usted es uno de los mejores abogados, mucho gusto licenciado.
-        Así es.
-        ¿Y usted viene a defender a esta loca?
-        Alguien tiene que hacerlo y quién mejor que su padre. – Miro a Emily quien estaba recostada mirando hacia la ventana con el ceño fruncido.
-        ¡No quieren largarse a otro maldito lado, fuera los dos! – Repitió esto dos veces con su voz casi gritando.
-        Cállate Emily. – Ordeno Patrick, el peor error que cometía.
-        No me calles maldito viejo decrépito.
-        ¡Emily! – Dijo Damen tras escuchar las palabras que le dirigía a su padre.
-        ¡Tú que!, no eres nada, no entiendo que es lo que haces aquí, lárgate ¿que no tiene otras ocupaciones? Y en cuanto a usted señor Love si va a ayudarme ¡Hágalo! Pero no trate nada conmigo, no lo quiero ver.
-        Sigues siendo la misma niña malcriada y mal educada de siempre.
-        Y así será hasta que me muera ¿o qué? me matarás como lo hiciste con mi madre. – El tono sarcástico con dolor salía de sus labios, gritos ahogados le arrebataban la energía de su cuerpo.
-        ¡Yo no la maté! ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? – Comenzaba a levantar la voz.
-        Cálmense por favor, esto es un hospital. –La enfermera los interrumpió a ambos, realizo el chequeo a Emily y con mirada desdeñosa miro a los tres y exigió que se comportaran. – Salgan de la habitación por favor la paciente necesita descansar.
-        Sí enfermera.
Damen y Patrick salieron de la habitación para discutir sobre el problema que tenía entre las manos.
Durante los días de estadía de Emily en el hospital su padre se encargó de todos los trámites y cargos monetarios que tenía que mantenerla a salvo tanto de la cárcel como en su cama de hospital.
El conductor fue a prisión mientras que los otros salieron bajo fianza, Emily quedó sin registro de accidente gracias a la eficacia de su papá
El día de regresar a casa llegó.
-        ¿Estás lista? – Peguntó Lucy mientras arreglaba la maleta con la ropa de Emily
-        Sí, larguémonos de aquí. – Estaba con un pie fuera de la habitación.
El camino a casa fue silencioso porque a Emily le esperaba el sermoneo de Lucy en el departamento y la despedida amorosa de su padre quien esperaba por ella.
Antes de salir del auto para adentrarse al edificio, Lucy se giró y abrazó a Emily por la espalda, le recostó la cara en su espalda y las lágrimas gorgoteaban de sus ojos, la abrazó tanto que le comenzaba a cortar el oxígeno, el calor de amiga o madre con el que llenaba a Emily en ese momento la reconfortó tanto.
-        No vuelvas a hacer estupideces así, te lo ruego.
-        No puedo prometerte nada.
-        No quiero verte muerta.
-        Hay veces en que desearía mejor haberme muerto en ese auto. – Lloraba dolor y amargura. – No entiendo por qué tenían que sacarme los estúpidos bomberos de ahí.
-        ¿Bomberos? – Lucy levantó su rostro para mirar fijamente a Emily. – No te saco del auto ningún bombero Em, fue el abogado o policía ese Woods.
-        ¿El idiota? – Miró con hacia lo lejos con gestos de duda en su rostro.
-        Sí,él fue quien te salvó, Loretta lo vio. – Se secaba las lágrimas con sus dedos pequeños.
-        Lástima, se hubiera muerto de una vez el imbécil también. – Era imposible evitar su tono sarcástico al hablar,  pero esta vez no sonaba así en su cabeza.
-        Cállate Emily, que de no ser por él estarías muerta, tonta. – Un golpecito en la cabeza de Emily resonó. -Vamos

Después de subir al apartamento, la discusión y gritos empaparon de amargura el lugar, Emily y su padre discutían, él se tragaba sus reproches y bajaba la cabeza mientras que ella solo gritaba, acusaba y lo corría de su vida.
Después de albergar cansancio en su cuerpo por discutir, sólo cogió el abrigo que se había quitado y salió de la casa dando un portazo, tomó su cigarrillo y corrió a donde ningún ruido la aturdieran y desconcentrara sus emociones.



Gracias a Ingrid por las ediciones((:











P.S : Trabajo en el siguiente capitulo
Esperenlo!!!♥

2 comentarios:

Ingrid dijo...

Jaja de nada de nada... Yo aquí la manager paritendome en dos....en esa foto parezco abuela!!!!!!

María Mateos-Jaime dijo...

Muy bueno el capi y no te preocupes por la tardanza son cosas que pasan :D, espero con impaciencia el siguiente

Publicar un comentario

Deja un comentario!!!

martes, 12 de julio de 2011

Capitulo V [Impredecible♥]

Publicado por Addiee M. M. en 17:01
Holaaaaa a todos((:
Si ya se, como tarde para subir el capitulo! D:
pero necesitaba inspiracion y nomas no me llegaba
Pero JA! al fin lo termineeeeeeeeee! *w*
  Les quiero compartir la imagen de este hombre que esta extremadamente buenisimo! >.<


jojojo sta bn bueno verdad? *-*!  jujuju yo se que sii lululu  ♥   




Bueno ahora si!  El siguiente capitulooo
Disfrutenlo!  :B
 





Capítulo V
-        ¿Se encuentra bien? No creo que despierte hasta dentro de unas horas debería ir a descansar- La enfermera le tocaba los hombros y movía sus ojos coquetamente para Damen.
-        No gracias, esperare a que este consiente. – Le dedicó una media sonrisa o torcida de boca.
-        De acuerdo, si necesitas algo llámame, soy Lizzie. – Señalando hacia su etiqueta en su ropa.
-        Gracias. – Miraba hacia Emily que estaba inconsciente y tranquila en la cama.
Tras un par de horas se quedó dormido sobre el sillón hasta que su celular sonó y desde la otra bocina su hermano sólo se limitó a preguntar si se encontraba a salvo o con alguna herida grave.
-        ¿Te encuentras bien, chango?
-        Sí, sólo un raspón en el hombro y algo de la espalda.
-        Bien, no llegues tan tarde y si llegases a venir a una hora decente me traes una hamburguesa y un helado.
-        ¡Ah,sí! Jefe como usted mande, aplástate a dormir y deja de molestar.
-        Sí, sí. Cuídate, chango
-        Sí, mandril.
Cerró el teléfono y Emily comenzó a moverse entre las sabanas pero ésta no despertó. Damen se acercó a ella para quitarle el mechón que le cubría parte de la cara, la cubrió bien con la sábana. Observó como respiraba lentamente y suspiraba de vez en cuando, recorrió cada parte de su cara desde el lunar pequeñito que nacía en su sien, la raíz castaña rojiza que comenzaba a salir de su cabellera, las pocas pecas y el color durazno de sus mejillas, sus labios rosa pastel eran tentación para Damen.Rozó su mejilla con la yema de sus dedos acariciando hasta su hombro, levantó su barbilla e inclinó el rostro.
Beso.
Sus labios, que ahora estaban fríos, cogieron la calidez de Damen, movió sus labios jugando con los de ella, saboreando el dulce sabor de Emily, respiraba el aroma de su piel tan cercana a la suya, acariciaba su mejilla y cuello con las yemas de sus dedos; la paz de unos labios dormidos y húmedos hizo que el deseo se apoderara de él, continuó el beso deseando hacerlo eterno, para cortar la inocencia indiscutible del beso. Mordisqueó gentilmente el labio superior dejándolo enrojecido y vivo, cálido y satisfecho.
El celular resonó en su bolsillo y contestó al instante.
-        ¿Diga?
-        Woods tienes q redactar tu informe sobre lo que pasó, para atrapar a los chicos tontos que provocaron el accidente.
-        De acuerdo Comandante.
Se dirigió hacia la puerta y antes de salir una voz hizo que girara y regresara.
-        ¿Policía?– Dijo entre sollozos y con los ojos entreabiertos.
-        Hasta que despiertas. ¿Recuerdas algo? ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Ingeriste alcohol?
¿Era plural o especialmente singular la pregunta? Pensó Emily para sus adentros.
-        Cállate ¿quieres?, acabo de despertar y me saltas con un montón de estúpidas preguntas.
-        Protocolo.
-        Pues vete al demonio con tu “Protocolo”
-        Estabas en la camioneta, dormida y… -  No termino la frase cuando Emily se estaba quitando el respirador nasal que le llenaba de oxígeno sus pulmones. - ¿Qué haces tonta? Tienes que guardar reposo.
-        Reposo, mi abuela. – Se acarició la herida en la sien, un mareo la hizo tambalearse y unos brazos la envolvieron ysostuvieron para evitar que cayera al suelo.
-        Te dije que te recostaras, ahora quédate aquí o te esposo a la cama.
-        Eres un idiota ¿Lo sabías?
-        Y tú una estúpida así que no te muevas iré a traerte agua.
-        ¡Tengo hambre! – Le gritó a Damen que estaba cerrando la puerta del cuarto.
Emily no tenía sed, sus labios estaban extrañamente húmedos y tersos, se pasó los dedos por la comisura de la boca y los alejó cuando en su mente comenzó a formar la palabra <<beso>> de aquel idiota policía que comenzaba a tomar lugar en su vida.
Tras esperar un rato, la enfermera entró con una bandeja de comida para Emily, la dejó en la mesa y regresó a sus ocupaciones.
La pequeña fierecilla estaba siendo custodiada por un policía que estaba fuera de la habitación cuidando que no escapara y principalmente que nadie saliera herida por ella, devoraba cada bocado que introducía a su cuerpo y hacía gestos repulsivos tras cada bocado.
Emily detestaba los hospitales desde la muerte de su madre, el olor a alcohol y las sábanas a enfermedad le traían los recuerdos más dolorosos de su vida. El asiento frente a ella le revivió la imagen de su padre sentado en aquel sillón esperando a que su madre se muriera para que pudiera irse con su otra familia, el drama que era su vida  y la tragedia de su pasado se congeniaban para hacer un carácter amargo en ella.
Las lágrimas brotaron y el sonido de la puerta al abrirse hizo que se limpiara la cara para que nadie viera su fortaleza caer.
-        Hija. – Su padre se acercaba a ella con paso airado con los brazos abiertos para recibir a su hija entre sus brazos, pero tres  pasos antes de llegar a ella:
-        No te atrevas ni por un momento a abrazarme y mucho menos besarme. Es repulsiva la hipocresía con la que me tratas. – Su padre se detuvo en seco. - ¿Qué haces aquí? Estoy viva ¿qué no vez?, no tienes por qué venir, no eres parte de mi vida.
-        Soy tu padre y tengo que ver si estás bien.
-        Lo estoy, ahora ¡Lárgate!
-        No Emily, no me iré, me quedaré a arreglar el embrollo en el que estás metida, porque sí sabes ¿verdad? que estabas dentro del auto que tuvo la culpa del accidente, donde pudiste haber muerto y en tus análisis sanguíneos había restos de alcohol y evitaré que vayas a la cárcel, definitivamente.
-        No te necesito, estaré bien.
-        No  lo estás, ¿acaso ya te viste?, estas hecha un desorden
-        ¡Eso a ti no te incumbe como maldita sea me encuentre!- Gritó de desesperación hasta que Damen entró.
-        ¿Por qué gritas como loca?
-        Sácalo de aquí. – Señalo con cara de desprecio a su padre.
-        Soy su abogado, Patrick Love. – Le tendió la mano a modo de saludo que Damen acepto educadamente.
-        Damen Woods, encantado… ¿Love? - Con la pregunta en su rostro. – Si no me equivoco usted es uno de los mejores abogados, mucho gusto licenciado.
-        Así es.
-        ¿Y usted viene a defender a esta loca?
-        Alguien tiene que hacerlo y quién mejor que su padre. – Miro a Emily quien estaba recostada mirando hacia la ventana con el ceño fruncido.
-        ¡No quieren largarse a otro maldito lado, fuera los dos! – Repitió esto dos veces con su voz casi gritando.
-        Cállate Emily. – Ordeno Patrick, el peor error que cometía.
-        No me calles maldito viejo decrépito.
-        ¡Emily! – Dijo Damen tras escuchar las palabras que le dirigía a su padre.
-        ¡Tú que!, no eres nada, no entiendo que es lo que haces aquí, lárgate ¿que no tiene otras ocupaciones? Y en cuanto a usted señor Love si va a ayudarme ¡Hágalo! Pero no trate nada conmigo, no lo quiero ver.
-        Sigues siendo la misma niña malcriada y mal educada de siempre.
-        Y así será hasta que me muera ¿o qué? me matarás como lo hiciste con mi madre. – El tono sarcástico con dolor salía de sus labios, gritos ahogados le arrebataban la energía de su cuerpo.
-        ¡Yo no la maté! ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? – Comenzaba a levantar la voz.
-        Cálmense por favor, esto es un hospital. –La enfermera los interrumpió a ambos, realizo el chequeo a Emily y con mirada desdeñosa miro a los tres y exigió que se comportaran. – Salgan de la habitación por favor la paciente necesita descansar.
-        Sí enfermera.
Damen y Patrick salieron de la habitación para discutir sobre el problema que tenía entre las manos.
Durante los días de estadía de Emily en el hospital su padre se encargó de todos los trámites y cargos monetarios que tenía que mantenerla a salvo tanto de la cárcel como en su cama de hospital.
El conductor fue a prisión mientras que los otros salieron bajo fianza, Emily quedó sin registro de accidente gracias a la eficacia de su papá
El día de regresar a casa llegó.
-        ¿Estás lista? – Peguntó Lucy mientras arreglaba la maleta con la ropa de Emily
-        Sí, larguémonos de aquí. – Estaba con un pie fuera de la habitación.
El camino a casa fue silencioso porque a Emily le esperaba el sermoneo de Lucy en el departamento y la despedida amorosa de su padre quien esperaba por ella.
Antes de salir del auto para adentrarse al edificio, Lucy se giró y abrazó a Emily por la espalda, le recostó la cara en su espalda y las lágrimas gorgoteaban de sus ojos, la abrazó tanto que le comenzaba a cortar el oxígeno, el calor de amiga o madre con el que llenaba a Emily en ese momento la reconfortó tanto.
-        No vuelvas a hacer estupideces así, te lo ruego.
-        No puedo prometerte nada.
-        No quiero verte muerta.
-        Hay veces en que desearía mejor haberme muerto en ese auto. – Lloraba dolor y amargura. – No entiendo por qué tenían que sacarme los estúpidos bomberos de ahí.
-        ¿Bomberos? – Lucy levantó su rostro para mirar fijamente a Emily. – No te saco del auto ningún bombero Em, fue el abogado o policía ese Woods.
-        ¿El idiota? – Miró con hacia lo lejos con gestos de duda en su rostro.
-        Sí,él fue quien te salvó, Loretta lo vio. – Se secaba las lágrimas con sus dedos pequeños.
-        Lástima, se hubiera muerto de una vez el imbécil también. – Era imposible evitar su tono sarcástico al hablar,  pero esta vez no sonaba así en su cabeza.
-        Cállate Emily, que de no ser por él estarías muerta, tonta. – Un golpecito en la cabeza de Emily resonó. -Vamos

Después de subir al apartamento, la discusión y gritos empaparon de amargura el lugar, Emily y su padre discutían, él se tragaba sus reproches y bajaba la cabeza mientras que ella solo gritaba, acusaba y lo corría de su vida.
Después de albergar cansancio en su cuerpo por discutir, sólo cogió el abrigo que se había quitado y salió de la casa dando un portazo, tomó su cigarrillo y corrió a donde ningún ruido la aturdieran y desconcentrara sus emociones.



Gracias a Ingrid por las ediciones((:











P.S : Trabajo en el siguiente capitulo
Esperenlo!!!♥

2 comentarios on "Capitulo V [Impredecible♥]"

Ingrid on 12 de julio de 2011, 17:40 dijo...

Jaja de nada de nada... Yo aquí la manager paritendome en dos....en esa foto parezco abuela!!!!!!

María Mateos-Jaime on 13 de julio de 2011, 6:16 dijo...

Muy bueno el capi y no te preocupes por la tardanza son cosas que pasan :D, espero con impaciencia el siguiente

Publicar un comentario

Deja un comentario!!!